Era una abarrotería de amor, unos billetes para conocer el sabor de la cama compartida, con hombres sin nombres, con el fantasma de la virginidad, el ahorro perdido de la dignidad rompí la alcancía toque la puerta y entre.No hubo celos, ni suegras, ni tuve que aceptar compromisos de cada uno de ellos, no hubo escenas ni cuñados y menos un maldito abogado. Era todo democracia, no había edad ni clases sociales, si cumplías con la tarifa, tenías tu pedacito de cielo, cuatro besos, medio kilo de amor, dos brazos y un litro de sudor. Allí encontré a un maestro de la escuela, a un ginecólogo y a un intelectual, a tres cantautores borrachos y a un gobernador. No te pongas nervioso un chico me dijo y entre a su cuarto hecha una chiquilla y al salir ya era toda una mujer. En la escuela me hablaban de colon , de Pitágoras, de la reproducción femenina,
Pero jamás mencionaron como es que se hace el amor.